La mujer tiene una manera muy especial de constituirse en un pilar fundamental de cualquier sociedad moderna, y por tradición, muy centralmente posicionada en el seno de la familia latina, por su capacidad innata de saber proteger al grupo familiar, casi como una predisposición que viene en su ADN.
En la cultura latina es muy amplio el reconocimiento de la mujer como piedra fundamental sobre la que se asienta toda la actividad que desarrolla una familia, y marca el camino de las relaciones interpersonales dentro del grupo familiar.
Hemos podido acceder a estudios efectuados por el Banco Mundial, quien determinó que la pobreza en América Latina fue frenada fuertemente por la participación decisiva de la mujer en la fuerza laboral, que permitió que el nivel de pobreza no hubiera sido un 30% más alta en la región al principio de la segunda década del siglo XXI, en medio de la recesión mundial.
El hecho de ser madre, marca una condición que jamás podrá ser alcanzada por el hombre (que no puede engendrar hijos, con lo que eso conlleva), porque su capacidad física, por decirlo así, crea toda una solidez anímica como para enfrentar lo que sea necesario para la protección de la familia. Basta ver en la naturaleza a las madres de todas las especies como se comportan, sin querer hacer de esto un estudio biológico-sicológico, que no es el eje de lo que queremos comentar.
Progresos notables en la participación pública de las mujeres en Latinoamérica
Es más que evidente como la mujer ha venido incrementando su participación en todos los ámbitos de las actividades, en donde hoy en día ni siquiera se piensa en si una actividad o puesto puede ser ocupada por hombres o mujeres. Hace no tantos años, eran reservadas en gran número para ser desempeñadas por hombres.
Podemos ver cómo han ido cambiando los tiempos, si prestamos atención, por ejemplo al año 2015 en donde por ejemplo, podíamos observar, que en ese mismo año, más del 40% de la población de América Latina estaba regida por presidentes mujeres.
En Argentina (Cristina Fernández de Kirchner, 2007-2015), Brasil (Dilma Roussef, 2011-2016) y en Chile (Michelle Bachelet, 2006-210 y actual presidenta desde el 2014). Y cada una de ellas tenía su familia, todas profesionales, casadas y con hijos. No es que tuvieran mucho tiempo libre…
No olvidemos que el camino lo marcó Violeta Chamorro en 1990 cuando se convirtió en presidenta de Nicaragua.
Es decir, que no se trata de hechos aislados, de cómo las mujeres han ido teniendo cada vez más protagonismo, llegando hoy en día a ocupar los niveles más altos que puede tener una persona desde el punto de vista político-social.
Si miramos hacia Europa, también encontramos Primer Ministra en el Reino Unido de Gran Bretaña y en Alemania, dos de los países más grandes del mundo. Podemos observar que en estos momentos está compitiendo por la presidencia de los Estados Unidos de América, Hillary Clinton.
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