Como todos los años, entre los días 15 de septiembre y 15 de octubre se celebra el Mes de la Herencia Hispana en los Estados Unidos de América.
El justo agradecimiento del país a la contribución de la población hispana en el desarrollo de la nación, fue reconocido formalmente por el presidente Lyndon B. Johnson en 1968. Comenzó con una semana durante el mes de septiembre, y este mes no fue elegido al azar, sino que coincide con la independencia de siete países de origen hispano:
Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Honduras y Guatemala el 15 de setiembre; México lo celebra el 16 de setiembre, mientras que Chile, lo hace el 18 de septiembre.
En 1988, el entonces presidente Ronald Reagan lo llevó a un mes de festejos, como rige actualmente.
La mayor parte de los habitantes de origen latino en los Estados Unidos, son de origen mexicano, por lo que la participación de esta comunidad tiene doble festejo todos los 15 y 16 de septiembre: inicio del Mes de la Herencia Hispana y Celebración de la Independencia de México, respectivamente.
El presidente Trump nunca deja de sorprender con sus acciones
Muchos analistas aseguran que Trump ha contribuido, en gran medida, a despertar un espíritu xenófobo en ciertos sectores de la población desde que asumió el poder y aún antes de eso durante su campaña, con el tema del muro y el endurecimiento de la política de inmigración en general.
Con el antecedente protagonizado por el Caucus Hispano del Congreso (CHC, por sus siglas en inglés), organización que está compuesta por 30 miembros del Partido Demócrata de descendencia hispana pertenecientes al Congreso de Estados Unidos, la cual no invitó al Presidente Trump a su convención anual del 2018, por sus acciones de hostigamiento hacia el mundo latino. Trump, por su parte, sorprendió a todos con su proclamación del Mes de la Herencia Hispana por “la contribución de los latinos a este país”, agregando en otra parte del mensaje: “… han jugado un papel prominente e importante…”.
No dejando duda sobre su intención de que llegara el mensaje presidencial cuando agregó: “Los hispanos estadounidenses son una prueba de la promesa de que cualquiera puede progresar en Estados Unidos si trabaja duro”, agregó.
Sin embargo, todos los días se suma un nuevo capítulo en la relación personal del presidente de los Estados Unidos con sus vecinos hispanos del continente, siendo por su capacidad económica y cercanía con México (con quien comparte una frontera de más de 3.000 Km.), quien es el país que más “sufre” la relación con la administración Trump.
Actualmente se presenta un desafío entre ambos países por el nuevo presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador (mencionado por las siglas AMLO), quien asumirá el próximo 1ro. de diciembre de 2018, quien, en un gesto de distensión, invitó al Presidente Trump a su asunción, continuando con los que muchos llegan a tildar de oportunista por sus mensajes a la población mexicana en su carrera por la presidencia, que difirieron de sus anteriores intentos.
La historia sigue discurriendo, en una relación que es para siempre, ya que el tejido social de vastos sectores de los Estados Unidos, se encuentran íntimamente ligados a México, por la cultura común y por la importancia de la contribución que los hispanos en general, y de los mexicanos por ser mayoría, han contribuido con su trabajo desarrollado en el territorio de su vecino del norte. Por momentos con relaciones más fluidas, pero siempre difíciles, porque discursos presidenciales anteriores a Trump, pudieron no ser tan ofensivos, pero en la práctica, los hechos, revelaban resultados similares.